miércoles, 4 de junio de 2008

PROFETIZA... que algo queda

Siempre, desde que abrí los ojos al mundo de las ideas, me resultó verdaderamente curioso ese afán tan humano de creer, en infinidad de casos, a pies juntillas lo que alguien, de la forma más ambigua posible y por tanto que se presta a mil interpretaciones -tantas como lectores o conocedores- de momento, lugar y demás circunstancias las profecías que el charlatán de turno dice. No se suelen contradecir, porque si analizamos a fondo, no dicen nada en realidad.
Pero todavia no he visto ninguna con fecha y lugar exacto donde ocurra algo muy concreto; ejemplo, "el 15 de Agosto de ____ en ____________ se producirá un seismo de magnitud __ en la escala Rither, con un número de víctimas _____, y réplicas del mismo que se irán dando durante _____ semanas y será en la población _____ del país ______. Será de origen tectónico, esto es por choque de placas".
Cuando algún adivino me diga algo similar -cosa que, obviamente, salvaría muchas vidas- yo empezaría a creer algo en ellos. Pero mientras, siguiendo el ejemplo anterior, sólo digan que "no tardando mucho se estremecerá el planeta Tierra provocando un seísmo intenso, que provocará el terror y la muerte".
El Planeta siempre se estremece. Las placas están en constante movimiento. Unas veces los choques son más violentos que otros, y por tanto las consecuencias pasan de nada a mucho. Yo sé de dos escalas: Mercalli y Rither. Mercalli es la sensación, Rither es el daño real, que a su vez juega con el factor tiempo. Los sismógrafos, esos aparatos para medir la intensidad de los seísmos, nunca dan una línea perfectamente recta. Siempre hay curvas y quebradas. El Planeta está vivo. Y se mueve. Como nos movemos nosotros.
Ya si se trata de algo que le ocurrirá a alguien, ¿por qué no dicen quiénes van a ganar la Euroliga y por cuántos goles? Suelen contestar que el futbol es un juego... pero lo llevan a cabo personas, y si eres capaz de saber su futuro, también lógicamente lo que harán en cada partido... Y acabo de pronunciar la palabra mágica: lógicamente.
Toda nuestra vida es un cúmulo de decisiones. Unas son grandes y otras , menudencias cotidianas. Pero todas con algo en común: de cada una se deriva una situación distinta a la que tendríamos si en lugar de ir por un sendero fueramos por otro. "Usted irá por la calle Antoñito Gadmoño y un individuo mal encarado le atracará"... pero ese dia a tal individuo lo apresan antes y no hay atraco y ademas en lugar de ir por la calle Antoñito Gadmoño voy por Mari Pepa la Cantaora, con lo cual la profecía también se iba a desbaratar. Es lo inesperado lo que rompe la secuencia supuesta de hechos que ocurrirán, o se presume que acaecerán.
Otra cosa que también hacen mucho es utilizar, si se quiere de forma rudimentaria, la ley de probabilidades... Pero siempre con la ambigüedad que, además, le da un tono de misterio y hace que la persona "profetizada" diga aquello que el profeta necesita saber y, con mucho tacto, acertando poco a poco en aquello que se cae por su propio peso, pues se lo están diciendo.
Además embarullan tanto, que logran que olvides los crasos errores y en tu memoria permanezca aquello en qué acertó. Pero haz la balanza... Dejale que diga, sin tú decir ningún dato, ni falso ni auténtico, sobre tu vida pasada y presente. A ver con qué te sale. Se fijará en cómo vistes y te expresas para poder sacar algún dato sobre tu personalidad. Pero eso no es adivinar nada. Es observar. Dime qué me va a suceder dentro de tres meses.
Sin embargo, teniendo datos en la mano, que la suma de ellos derive en unas consecuencias, es pronosticar. Ahí sí se dan fechas, si no exactas, al menos aproximadas. Pero fechas de calendario. Es el conocimiento y el límite del mismo los que entran en juego.
Pero tú, si quieres, profetiza... que algo queda.